Que triste es tener que revisar los deseos de uno mismo y darse cuenta que el otro no cumple con las expectativas que teníamos de la relación y la pareja.
Es triste saber que uno quiere mucho a esa persona, con la que comparte todos los días, pero que eso no es con lo que soñó.
Es triste soñar con momentos, conversaciones o propuestas que nunca van a llegar de la mano de la pareja que nos acompaña hoy. Porque no están en él, porque no forman parte de su escencia como hombre.
Es triste seguir encontrándonos con hombres que no se animan, que no se juegan, que no viven. Es triste pensar que al final es cierto, los hombres no son románticos, no gustan de las cosas simples, de un abrazo mirando el río, de invitarnos un helado como cuando éramos adolescentes, de hacer una caminata y llevarnos de la mano.
Hoy estoy triste, y lo peor es que tengo que decidir. Lo tomo así, sin magia o lo dejo y vuelvo a las noches solitarias y al encuentro con 1000 idiotas intentando que alguno se convierta en príncipe.
Es triste, sin duda... pero vea, que ese hombre no guste de la mirada al río, de la caminata de su mano, de invitarla a tomar un helado no significa que no existan.
ResponderEliminarLos hay... si eso busca, siga buscando por que los hay.
Pero ya casi le firmo que no está en esos detalles la no posibilidad de seguir con alguién, es algo mucho mas profundo en invariablemente siempre se trata de culpas compartidas, o simplemente de que no hay "encuentro verdadero"
Un abrazo.